Hoy en día las entidades financieras se han visto obligadas por diferentes y sucesivas regulaciones, a cumplir con un amplio y complejo abanico de requerimientos de reportes o información permanente a órganos supervisores.
De acuerdo a su complejidad y su naturaleza, estos reportes pueden ser agrupados en 3 categorías:
La cadena de valor para la elaboración de estos reportes puede sintetizarse en 4 fases:
1. Obtención de los datos reportables
2. Tratamiento y almacenamiento de información
3. Generación y transformación de la información
4. Envío y trazabilidad del reporte
Algunos de los factores que definen la complejidad de los reportes regulatorios pueden ser el tratamiento de la información, el cual tiene su origen en una excesiva cantidad de datos y un amplio universo de operaciones.
Por ejemplo, un reporte Regulatorio puede requerir más de 200 campos que se originan en múltiples plataformas de forma no estandarizada y que, por tanto, requieren un procesamiento posterior para ser expresados en la forma requerida.
Otro de los factores que identificamos es el timing muy ajustado, puesto que muchos reportes son requeridos diariamente y hasta inmediatamente, necesitan capacidades de generación y procesamiento en un tiempo reducido para la entrega del reporte.
Y, por último, pero no menos importante la disparidad de criterios entre normas y cambios sucesivos de criterios, han obligado a mantener lógicas de tratamiento de datos diferentes según la regulación y mecanismos de rastreo.
Al factor de tratamiento de la información se les suma el permanente riesgo de sanción derivado de los eventuales incumplimientos.
Con todo esto, las entidades se han visto forzadas a adaptar su capacidad operativa con un enfoque táctico: “regulación a regulación”, respaldándose en sus recursos internos y legado tecnológico, como las plataformas de BI, para conseguir:
En la actualidad, las instituciones tienen una clara apuesta por el desarrollo de soluciones por parte de proveedores especializados o plataformas más robustas para minimizar los riesgos y los tiempos de elaboración de los reportes regulatorios con un enfoque más estratégico e implementando plataformas integrales.
En nuestra experiencia, las plataformas de BI dentro de la suite de Qlik, permiten el análisis de la información, trasformación e integración de normas o reglas para aplicarlas en el proceso de producción de los reportes regulatorios. Estas pueden aportar eficiencias y mejoras importantes en términos de recursos humanos y técnicos para contribuir a robustecer el tratamiento de los datos al generar reportes regulatorios.
Asimismo, el utilizar plataformas integrales permite mejorar el procesamiento de datos desde el origen y desarrollar capacidades predictivas.
Hoy en día, las entidades deberán apostar por soluciones que cubran un mayor número de reportes o por la mejor solución para cada reporte, valorando ventajas e inconvenientes, en términos de gestión de proveedores, precio y exposición de los datos con entidades terceras.
En definitiva, las entidades financieras, en sus planes de afrontar el reto permanente de la eficiencia, pueden encontrar un amplio recorrido de mejora en la dimensión del reporte regulatorio a través de externalización de funciones, integración de herramientas o plataformas de BI así como la reorganización del gobierno del área de reportes regulatorios y de los procesos.
El uso de plataformas integrales, como la suite de Qlik, puede aportar a las entidades capacidades predictivas y analíticas, tratamiento de la información y mejora en la calidad del los datos que puedan resultar de interés para su explotación comercial y una mayor trazabilidad y control del cumplimiento de las obligaciones regulatorias, minimizando el riesgo de sanción.